Amor y Budismo. Una visión diferente.

Cada filosofía y cada religión hace una lectura diferente del Amor y cada una le atribuye un significado especial. Casi todas ellas, en el fondo, coinciden en que el Amor contiene unos ingredientes importantes de comprensión. La interacción de sentimientos mutuos de solidaridad y afecto entre los seres humanos también juegan un papel importante. Thich Nhat Hanh, en su libro “El verdadero amor”, explica así los cuatro aspectos del  Amor según la óptica del Budismo:

La bondad incondicional o benevolencia en el Amor:

Hace referencia a aquella capacidad que las personas poseemos para transmitir alegría y felicidad a la persona a la que amamos. En principio, tenemos o debemos desarrollar la virtud de comprender y aceptar profundamente y sin condiciones a quien amamos. Este es un paso insalvable para experimentar el Amor verdadero.

La comprensión para el Budismo representa la esencia absoluta del Amor. Para llegar a ella debemos observar sin juzgar ni sacar conclusiones a la persona a la que amamos. Es esencial dedicar el tiempo necesario para ello estando presentes, viviendo el momento y atendiendo con dedicación y cariño a observar al otro.

Compasión:

La compasión equivale a la capacidad que tenemos y el deseo que demostramos de aliviar el sufrimiento de otras personas. La observación, como en la comprensión, también nos conduce al conocimiento de la naturaleza real de ese sufrimiento. Con la compasión aprendemos el modo de acabar con el sufrimiento. Para ello el Budismo recomienda la meditación. El meditar nos permite reconocer la auténtica esencia de las cosas y observar el fondo de todas ellas.

Alegría:

No hay verdadero amor si no hay alegría. El verdadero Amor se manifiesta transmitiendo felicidad e ilusión a la persona que amamos. Si la lamentación y el llanto pasan a ser los componentes habituales de la pareja, el auténtico Amor ya no existe. En ese caso puede ser que los sentimientos comiencen a ser los opuestos al Amor (odio, rabia, miedo…), de este modo el afecto, la comprensión y la compasión vayan desapareciendo.

Ecuanimidad y libertad:

Alcanzamos la libertad absoluta a través del Amor verdadero. Si amamos a nuestra pareja profundamente aceptamos y nos complace que sea completamente libre. Si la libertad no se siente por entero el Amor no es auténtico. No solamente hablamos de la libertad como persona, a nivel externo, si no también interiormente a nivel del Ser.

Alberto Lozano