El poder sanador de las emociones
Después de varios siglos venerando el poder de la inteligencia humana y de su capacidad racional. Hoy somos más que conscientes de que no es solo la mente el único motor que mueve al ser humano.
El corazón y las emociones van recuperando la importancia que merecen en nuestra cultura occidental. Se refleja ya en ámbitos diversos como la educación, la alimentación, el deporte, la sanidad y el ocio.
Desde Oriente se nos revela desde hace mucho que la emoción y los sentimientos son el origen de la mayoría de las desdichas del ser humano y también de sus satisfacciones.
Tenemos claro hoy que una vida basada en la estabilidad emocional y la paz interior es una vida feliz y armoniosa. La idea del mundo, el mapa y nuestra realidad son el resultado de la interpretación personal. Son la consecuencia de lo que percibimos a través de los sentidos, de nuestras experiencias y de las vivencias de nuestros antepasados.
Las creencias, los filtros mentales y nuestros programas familiares, culturales y sociales son los que determinan esta interpretación personal del mundo. Esta interpretación , con frecuencia nos lleva a estados indeseados y a veces nos provoca conflictos, crisis e incluso enfermedades.
Podemos cambiar nuestro estado emocional, físico y mental si somos capaces de modificar la forma en la que asimilamos la información que nos llega de afuera. Si nos liberamos de las memorias genéticas que lastran nuestro desarrollo personal también sucederá.
En este proceso, las emociones tienen un papel esencial: las asociadas a una vibración de baja frecuencia son las más perjudiciales (odio, miedo, asco…). Ayudado por el poder que las emociones tienen en las personas y utilizando diversas técnicas energéticas, de visualización y de comunicación efectiva consigo con mi método cambios sorprendentes en la vida de las personas.
A través de fabulosas herramientas de PNL, hipnosis y constelaciones familiares consigo elevar la baja vibración, liberar el cuerpo, la mente y el espíritu de programas nocivos. Con ello logramos un estado de bienestar absoluto y una nueva perspectiva sobre la vida. Esto que hará que la persona sea capaz de resolver sus conflictos y alcanzar las metas que se proponga.