Las heridas del niño interior afecta a nuestras relaciones.
Mientras las heridas de la infancia permanecen abiertas, el adulto busca en sus relaciones su cura.
Los celos, la infidelidad y el engaño son, entre otros conflictos y demasiado a menudo, la consecuencia de las frustraciones que experimentamos los adultos tras depositar en la pareja las expectativas sobre una reparación definitiva de aquellas heridas y traumas que nos persiguen desde la niñez.
Así como la persona que ha sufrido el abandono en sus primeros años de vida, tiende a buscar compañía compulsivamente temeroso de sentirse solo. Mediante esta misma compulsión va a provocar que su ego se defienda de un posible y futuro sufrimiento. Son los efectos de las heridas del niño interior.
De esta forma, rechaza a las personas por la que siente un vínculo emocional intenso antes de ser abandonado por ellas y revivir de nuevo el trauma.
Las cinco tipos de heridas del niño interior emocionales que, según los psicólogos se detectan en la niñez: la humillación, el abandono, la traición, el rechazo y la injusticia, provocan diferentes comportamientos y actitudes ante las relaciones sentimentales. Con toda seguridad, van a finalizar con rupturas y desengaños hasta que la persona sea capaz, por sí sola, de superar el daño recibido en la infancia. Durante este tiempo de experiencias y relaciones infructuosas, la tendencia a culpar a los demás de la desgracia propia es algo habitual.
En el reconocimiento de las carencias propias, de la profundidad y repercusión de la herida infantil y de su definitiva sanación radica la superación de las limitaciones y la oportunidad de reconducir nuestra vida sentimental hacia relaciones más satisfactorias y duraderas.
Alberto Lozano
Comentarios
Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?